José Alberto Álvarez Bravo
113dominexaudi932@gmail.com
Dicen que Ángel Castro Ariz fue traído a Cuba en calidad de quinto, suceso aparentemente nimio que devino en la mayor tragedia para nuestra nación, ya que fue la cimiente de donde surgió esto que sufrimos desde hace más de medio siglo. Pero no voy a hablar de ese señor, amo de horca y cuchillo en su feudo Pequeño Birán, sino del traidor Carlos Serpa Maceira.
En ese afán tan típico del cubano de analizar a la ligera todo lo humano y lo divino, nos devanamos con las dos versiones más probables: o fue siempre un agente encubierto, o traicionó a los suyos por incapacidad para resistir algún chantaje del régimen castrista.
Como norma de vida, me niego categóricamente a someter a cada disidente a un análisis con rayos x para detectar al seguroso bajo su piel, por lo que mi tendencia es a considerar auténtico a todo hermano de lucha.
Durante mis relaciones más o menos largas con Serpa, incliné esta inasible balanza hacia el lado de la confianza, aunque algunas expresiones suyas, y otros eventos, me impedían “meter las manos en la candela” por él.
Como evento significativo, a muchos nos hizo cavilar el brusco e incompresible cambio de conducta de la inteligencia castrista, cuando permitió el traslado del traidor -después de habérselo impedido por varios meses- de su Isla de Pinos hacia La Habana, faltando apenas horas para el comienzo de las actividades por el séptimo aniversario de la Primavera Negra.
El calificativo que da título a estas líneas tiene que ver con una expresión de Serpa, según la cual “el 80% de la oposición trabaja para la seguridad del estado”. De esta aparente imbecilidad, propia del retrasado mental que es el aludido sujeto, se coligen tres tesis fundamentales:
Cuatro de cada cinco opositores son falsos, y solo el quinto es auténtico (por supuesto, él era ese quinto)
Si dentro de la propia oposición el régimen cuenta con el apoyo del 80%, entonces dentro del pueblo es total.
La causa de la libertad de Cuba es tan poco atractiva, que solo el 20% de los opositores lucha sinceramente por ella.